LIBRO OF ECLESIASTES
The Book of Ecclesiastes occupies a unique position in the Bible due to its prevalent sense of pessimism and absence of God's intervention in our world. In fact, the all-prevailing mood of a God remote from our human condition sets the tone for Ecclesiastes which seems incongruent with the other books of the Old Testament. It contains reflections, more philosophical in nature, rather than a testimony of belief, which we would normally associate with the Hebrew scriptural tradition. For the traditional author, in the Book of Ecclesiastes, God is the inscrutable originator of the world who determines the fate of humankind. Just as the natural is in constant movement minus the presence of real change, so the human expenditure of energy comes to nought, despite the fact that reason leaves us baffled, the author affirms that life is worth living with all its limitations..
Haga clic en el título a continuación para ver el capítulo
La vanidad de todas las cosas temporales.
La vanidad de los placeres, las riquezas y los trabajos mundanos.
Todas las cosas humanas están sujetas a cambios perpetuos. Debemos descansar en la
providencia, y desecha las preocupaciones infructuosas.
Otros ejemplos de miserias humanas.
Precaución en las palabras. Los votos se pagan. Las riquezas suelen ser perniciosas:
el uso moderado de ellos es don de Dios.
La miseria del hombre codicioso.
Prescripciones contra las vanidades mundanas: mortificación, paciencia,
y buscando sabiduría.
La verdadera sabiduría se debe observar en los mandamientos de Dios.
Los caminos de Dios son inescrutables.
El hombre no sabe con certeza que está en la gracia de Dios.
Después de la muerte no hay más trabajo ni mérito.
Observaciones sobre la sabiduría y la locura, la ambición y la detracción.
Exhortación a las obras de misericordia, mientras tengamos tiempo, a la diligencia
en bien, y en memoria de la muerte y del juicio.
El Creador ha de ser recordado en los días de nuestra juventud: todos los mundanos
las cosas son vanas: debemos temer a Dios y guardar sus mandamientos.